Tanto las víctimas como sus familiares sufren las consecuencias de la exposición al asbesto. También se enfrentan a pérdidas financieras, junto con el dolor y el sufrimiento de ver cómo la salud de su ser querido se deteriora y, en última instancia, provoca la muerte.

Los cónyuges de las víctimas del asbesto pueden presentar su reclamación individual por las pérdidas causadas por los graves efectos de la enfermedad. Esta reclamación se denomina «pérdida de consorcio» e indemniza a los cónyuges por su «dolor y angustia físicos, psicológicos y emocionales» ocasionados por los daños a la relación conyugal entre el cónyuge y el perjudicado. (Lantis contra Condon (1979) 95 Cal. App. 3d 152, 157.) La demanda por pérdida de consorcio suele ir unida a la demanda por daños personales y, por lo tanto, se tramita como parte del mismo proceso.

Cuando un familiar fallece a causa de una enfermedad provocada por el asbesto, sus supervivientes pueden presentar una demanda en nombre de la víctima fallecida, o pueden continuar con una demanda ya iniciada por la víctima fallecida antes de su muerte. Esto se conoce como una acción de «supervivencia» y le da derecho a los supervivientes de las víctimas del asbesto a hacer valer o llevar adelante las reclamaciones legales que le correspondían a su ser querido en vida.

Además de las demandas de supervivencia, los familiares pueden presentar una demanda por muerte por negligencia a través del sistema de responsabilidad civil de California. El artículo 377.60 del Código Civil de California permite a los cónyuges, parejas de hecho e hijos supervivientes reclamar daños y perjuicios por gastos médicos, gastos funerarios, pérdida de ingresos, dolor y sufrimiento del fallecido, y daños y perjuicios por pérdidas individuales, como la pérdida de consorcio, compañía u orientación parental. Las demandas por muerte por negligencia y supervivencia suelen consolidarse en una única demanda.