La prioridad y compromiso de los valientes hombres y mujeres que se enlistan en las Fuerzas Armadas de Estados Unidos es velar por la seguridad y el bienestar de los civiles estadounidenses por encima de todo lo demás, incluso de sus propias vidas. Los miembros del servicio anticipan que, el sacrificio que deben hacer será en el campo de batalla, en territorio enemigo.
Ahora sabemos que un número considerable de tropas estadounidenses sobrevivieron al combate solo para acabar en las manos de un enemigo más peligroso en su propio territorio. El enemigo es el asbesto, un producto que provoca el raro y mortal cáncer conocido como mesotelioma. Su peligro sigue vigente hasta el día de hoy.

Aunque el asbesto se utilizó en gran medida en múltiples aplicaciones comerciales, exponiendo tanto a civiles como a militares, han sido los veteranos quienes han sufrido un impacto desproporcionado. A pesar de que constituyen solo el 7 % de la población estadounidense, representan el 30 % de los casos de mesotelioma.